Arbol de Navidad

No todo es espíritu religioso en las tradiciones navideñas Las grandes ciudades adornan y compiten para tener los mejores adornos, las profusas iluminaciones en su árbol, y las mayores dimensiones.
El primer Árbol de Navidad que lució luces eléctricas fue el creado en Nueva York por Edward Hibberd Johnson, colocado en su casa de Manhattan, el 22 de Diciembre de 1882. Constaba de  80 bombillas rojas, blancas y azules. Pero... otra versión relata que las luces eléctricas se usaron para decorar los árboles en 1895 debido al invento de Ralph Morris pues era una alternativa más segura que las velas que tradicionalmente se colocaban.
Si bien el árbol de Navidad recuerda el espíritu navideño en cada hogar, y no importa el valor o el tamaño que tenga, para ser el símbolo de la Navidad, hallamos desde el más humilde hasta los más ostentosos y de valores altísimos; desde los más simples hasta los más bellos en sus decoraciones y de medidas descomunales. Así aparecen árboles como los del Rockefeller Center , que tienen que medir por lo menos 19,8 metros de altura y 10,6 metros de ancho, y ser un Picea abies.

El árbol de Navidad más caro del mundo se encuentra en el hotel Emirates Palace, en Abu Dabi. Dicho árbol posee adornos valuados en más de 11 millones de dólares. Mide 13 metros de alto y está decorado con esferas y guirnaldas  de oro y plata, diamantes, zafiros y perlas, lingotes de oro, pulseras, collares y relojes de pulsera. Asimismo han realizado árboles con elementos reciclados en el mundo. Un ejemplo se dio en Sydney, donde los australianos hicieron un árbol de siete metros de altura, con bicicletas recicladas; alrededor de cien rodados pintados de manera estratégica, con efectos de luz y color y con una estrella construida con piezas de bicicletas en desuso. El árbol de la plaza central de Vaticano mide unos 34 metros de altura. Es un abeto centenario, regalado al Vaticano por una región alpina italiana. En Estados Unidos de América se venden más de 37 millones de árboles de Navidad naturales. El mayor exportador de árboles navideños es la provincia canadiense de Nueva Escocia.